La empresa eléctrica quiere alcanzar una cuota del 10% en el parque español de placas solares mediante su instalación junto a las plantas atómicas de Cofrentes y Valdecaballeros, entre otros proyectos.
Todavía hay coches que circulan con una pegatina en la que, dentro de la imagen de un sol sonriente, figura el lema de Nucleares no, gracias. La última iniciativa de Iberdrola pretende reinventar ese exitoso mensaje del ecologismo mediante la fusión de las energías renovables y el negocio atómico. La compañía va a instalar placas solares junto a algunos de sus emplazamientos nucleares en España.
Según explican fuentes de la compañía que preside Ignacio Galán, su intención es colocar instalaciones fotovoltaicas (que producen electricidad al recibir los rayos solares) en las centrales de Cofrentes (Valencia) y Valdecaballeros (Badajoz). La primera de estas plantas, propiedad al 100% de Iberdrola, funciona desde 1985. La segunda, sin embargo, se quedó a medio construir. Cuando el proyecto estaba avanzado, en 1990, el Gobierno decretó su paralización. También frenó la construcción del reactor de Lemóniz (Vizcaya), como consecuencia de la denominada moratoria nuclear.
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