En el seguimiento del acuerdo de concertación regional (ADECE), los agentes sociales piden que se defina un modelo productivo que tenga a la industria como eje vertebrador. IU también aspira a reeditar un pacto de gobierno con los socialistas, en la próxima legislatura, en el que se visualice el compromiso con la industria.
El problema surge al preguntarnos cuál es la problemática industrial más candente de la actualidad. No es el suelo industrial ni las infraestructuras ni la inversión en I+D. En estos momentos la cuestión crítica está en el fin de la etapa de la tarifa eléctrica subvencionada para las grandes industrias asturianas y su sustitución por los contratos bilaterales con las empresas eléctricas, lo que disparará los costes de producción del zinc, aluminio, acero, etcétera. Digo que es la cuestión candente, porque ese cambio afecta a Hidrocantábrico, por el lado de la oferta, y a Aceralia, Azsa y Alcoa, por el lado de la demanda. Hasta tal punto es así, que algunos directivos de estas últimas empresas ya han empezado a amenazar con deslocalizar sus plantas industriales.
Puede que políticos y sindicalistas se entretengan discutiendo sobre el ADECE, pero el problema está en las tarifas de suministro energético, en un momento en que el mercado eléctrico definido por el Gobierno de Aznar, con los Costes de Transición a la Competencia (CTC) y la ilusión de la bajada del recibo de la luz, y prolongado por Montilla con el agujero negro del déficit tarifario y el impresentable 'mercadillo' de los costes estructurales de los operadores privados, ha llevado al sistema a una situación límite.
Mientras el precio del barril de 'brent' subió hasta colocarse por encima de 70 dólares, el Gobierno se quedó cruzado de brazos, hasta el extremo de que en el año 2000, la electricidad producida en España mediante la utilización de hidrocarburos no llegaba al 6% del total, mientras que en el año 2005 era de un 24% sobre el conjunto. Sin embargo, la electricidad de origen hidráulico y nuclear bajó del 46% del total al 31%. Cuánto más se encarece el petróleo, más carburantes consumimos los españoles. En estos momentos tenemos el inquietante récord de ser el país de la OCDE que consume más energía por unidad de Producto Interior Bruto.
El Gobierno fijó un régimen de tarifa eléctrica, que supuestamente sirve para proteger a los clientes o las zonas geográficas que no disfruten de un mercado competitivo. Esa tarifa fue sesgada por las prácticas ventajistas de las empresas eléctricas que engordaron los costes de generación al vender la energía hidráulica o de origen nuclear a la misma cuantía que las centrales de carbón o de gas. Como si el agua se hubiese encarecido con el petróleo. Si no llega a pararlo el Gobierno con el Real Decreto 3/2006, el déficit de tarifa de este año se hubiese desbocado hasta los 15.000 millones de euros.
Es como si todos los españoles, después de pagar el recibo de luz, le hubiéramos tenido que entregar 2,5 billones de las antiguas pesetas a Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, HC Energía y Enel Viesgo. Digámoslo claramente, las empresas eléctricas siempre ganan: cuando hay mercado, retocan la oferta, y cuando no hay mercado persuaden al organismo regulador.
Molinos de viento
En el último año, la situación se enrareció totalmente al sucumbir Unesa, como patronal eléctrica, por la guerra entre Iberdrola y el resto de operadores.
En este punto es interesante destacar la demagogia en torno a las energías eólicas, que están en el centro de esa guerra. ¿Por qué en España proliferan como en ningún país del mundo los molinos de viento por los campos? ¿Nos hemos convertido, en masa, al ecologismo? No. El 28% de la tarifa eléctrica se dedica a subsidiar las energías renovables. Plantar molinos de viento es un chollo, con la recompensa que fija el Gobierno. El pasado año se produjeron 9.800 megavatios por esa vía, con un sobrecoste de 740 millones de euros.
Zapatero quiere llegar a 20.000 megavatios, en el año 2010, pero los gobiernos autonómicos ya tienen previsto producir hasta 40.000 megavatios. ¿Cómo la prima no la pagan ellos! Y los ayuntamientos se ponen las botas cobrando 3.000 euros por aerogenerador en concepto de licencia de instalación.
Volvamos al asunto central. La posición de dominio del 'pool' de operadores eléctricos no es óbice para que haya que hacer algunas consideraciones dolorosas para otros sectores industriales. Por la Ley 25/2005, el 1 de enero de 2010 se acabarán las tarifas eléctricas, de acuerdo con la Directiva de la Unión Europea de diciembre de 2003. Se va a un mercado libre, con contratos bilaterales. ¿Cómo afecta esto a Asturias?
Hay cinco grandes empresas en España (zinc y aluminio, electrolíticos y acerías integrales) acogidas a la tarifa 'G-4' (23,4 euros/megavatio-hora), que suponen el 6,44% de todo el consumo nacional y el 1,92% de la facturación. Además, hay grandes consumidores industriales con suministro interrumpible (cemento, papel, siderurgia) que tienen una tarifa de 26,5 euros/megavatio-hora, y suponen el 11,38% del consumo nacional y el 3,83% de toda la facturación. A los dos anteriores grupos hay que sumar las 81 empresas acogidas a la tarifa horaria de potencia (THP), de 34,6 euros/megavatio-hora.
Situación crítica
Todo este abanico de empresas se resiste a los contratos bilaterales con operadores eléctricos, tal como está previsto en la Ley 54/97 del Sector Eléctrico, y es voluntad del Gobierno. En Asturias, la situación es muy preocupante, porque Aceralia cuenta con tarifa 'G-4' y THP. Y Alcoa y Azsa tienen tarifa 'G-4'. En el caso de Alcoa y Azsa el suministro eléctrico es un coste de producción determinante. ¿Qué va a ocurrir? ¿Qué piensan Areces, Ovidio Sánchez, Jesús Iglesias, Severino García Vigón, Justo Rodríguez Braga y Antonio Pino?
Y por la parte de la oferta eléctrica también hay problemas. El Real Decreto 3/2006 reduce la retribución a la producción eléctrica en un importe equivalente al de los derechos de emisión de CO2 que fueron asignados gratuitamente. HC Energía sería el operador eléctrico más perjudicado al perder todos los derechos concedidos por el carbón. ¿Seremos capaces en Asturias de debatir de estas cosas?
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