La noche del 16 de Abril de 2005 fue sin lugar a dudas la peor de mi vida. Yo estaba de estancia postdoctoral en la universidad de Waterloo (Canadá). Durante el día estuve en Toronto asistiendo a un congreso de combinatoria. Al volver me pasé por el despacho para leer las noticias y mirar qué iban a poner en la filmoteca de la ciudad la semana siguiente. Como conmemoración del día de la tierra proyectaban un documental titulado “The End of Suburbia”. Me encantan los documentales y como éste no lo conocía, inmediatamente me puse a buscar información en el Internet Movie Database (www.imdb.com). Hubo una crítica que me llamó la atención, animaba al lector a que buscase en google el término “Peak Oil” después de explicar brevemente en qué consistía.
Lo hice y había millones de referencias, la primera “Life After The Oil Crash” (www.lifeaftertheoilcrash.net). Algo que descubrí mucho más tarde es que si buscamos “oil” la misma página aparece en primer o segundo lugar dependiendo del momento. La página empieza así: Querido lector, la civilización tal como la conocemos acabará muy pronto. Esta frase estimuló mi curiosidad aún más y acto seguido leí toda la información que da la página. También leí parte de las docenas y docenas de links para apoyar sus terroríficas conclusiones. Y seguí leyendo y leyendo. Después de una noche en vela volví a mi residencia y llamé a mi novia. Le dije atropelladamente que había pasado una de las noches más estremecedoras y surrealistas de mi vida. Ella no entendía nada y temía por mi salud mental. Tardó tiempo en entender pero no tuvo más remedio. Los días siguientes leí vorazmente todo lo que podía sobre el tema. De hecho tuve que usar bastante disciplina para no dedicarme por completo a informarme sobre cuestiones energéticas. Aquella noche del 16 de Abril de 2005 mi imagen del futuro empezó a cambiar.
Hace unos meses recibí un librito editado por el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía) llamado “Guía Práctica de la Energía (consumo eficiente y responsable)”. En la página 26 hay un apartado que se llama “Agotamiento de las energías no renovables” que contiene un gráfico en el que indica que el Carbón se agotará en 200-250 años, el Uranio en 70-90 años, el Gas Natural en 60-80 años, y el Petróleo en 40-50 años. Yo solía interpretar estas afirmaciones como que más o menos habrá suficiente petróleo hasta dentro de casi 40 años. Sin embargo, vamos a hacer el cálculo nosotros mismos. Como datos voy a utilizar el “BP Statistical Review of World Energy June 2006”. Un barril de petróleo son 159 litros aproximadamente. En el 2005 se consumieron unos 30 mil millones de barriles de petróleo o 30 Gigabarriles (GB). Las reservas son de 1.200 GB. Con el consumo del 2005 el petróleo se habrá agotado en 1200/30=40 años o en el 2046. Pero sería más realista tener en cuenta un incremento anual en el consumo del 2%, que es el que se ha registrado en las últimas décadas. Entonces el cálculo da 31 años, es decir el petróleo se acabará en el 2037.
Este cálculo no tiene sentido por tres razones:
1. No se dispone de las reservas de combustibles fósiles como se dispone de la gasolina en el depósito de un coche. La velocidad con la que se dispone del petróleo de un yacimiento tiene unos límites.
Yo solía pensar que un yacimiento básicamente era una única cueva subterránea llena de petróleo, nada más lejos de la realidad.
El petróleo se encuentra entre los huecos de una roca madre ocupando como mucho un 5% (esto es lo que se denomina la porosidad) y a unas profundidades del orden de 3km. La cantidad de energía que se necesita para bombear petróleo a 3km de profundidad (profundidad típica de los yacimientos) y con un rozamiento enorme depende de la velocidad de extracción. A partir de cierta velocidad de extracción la energía necesaria para bombear es mayor que la del petróleo que se recupera. Y es más fácil bombear el petróleo inicial que está cerca de la base del tubo que el posterior que está lejos. Este fenómeno es bien conocido para los aficionados a los granizados de limón.
Además, el yacimiento suele estar compartimentado, es decir, la roca madre suele tener fracturas que hace las veces de muro por el que difícilmente puede fluir el petróleo. Al perforarse el primer pozo de un yacimiento, el petróleo fluye hacia arriba porque se encuentra atrapado a presión. Cada pozo perforado aumenta la producción aunque cada vez menos, y como los pozos son caros, llega un momento que no compensa perforar más. La producción del yacimiento llega a su máximo tras aproximadamente uno o dos años y ahí se estabiliza durante unos cuantos años. Cuando el petróleo deja de fluir hacia arriba tiene que empezar el bombeo para continuar con la producción. Los pozos que explotan los compartimentos del yacimiento más pobres se agotan e inevitablemente empieza un largo declive. Para ralentizar el declive se inyecta agua por algunos pozos para que el agua haga un barrido y empuje parte del petróleo restante hacia la base de otros pozos.
2. A veces es posible recuperar más petróleo de los antiguos yacimientos mediante nuevos métodos de extracción, no en vano típicamente se recupera entre 35% y el 50% del petróleo de un yacimiento.
Como hemos comentado antes, llega un momento en que recuperar pequeñas zonas aisladas del resto no compensa a ningún precio, porque la energía necesaria para recuperarlo es mayor que la que se obtiene del petróleo recuperado. Por tanto, no debería extrañar que actualmente no se recupere ni la mitad del petróleo original. Reiteradamente Matthew Simmons (autor del libro “Twilight in the Desert”) ha dicho que los grandes avances en la extracción de petróleo, como la visualización 3D de los yacimientos y los pozos horizontales, se desarrollaron en los 80 y desde hace 20 años no hay ninguna tecnología nueva, ni siquiera se experimenta nada nuevo. La inversión que la industria ha dedicado a la investigación en el siglo XX es fabulosa (yo mismo, en dos ocasiones he estado a punto de participar en jornadas organizadas por la industria del petróleo para resolver problemas de extracción) y ya ha dado sus resultados, parece que los grandes progresos son cosa del pasado. Por tanto, es razonable suponer que las estimaciones sobre la cantidad de petróleo que se recuperará en el futuro de los yacimientos conocidos no van a variar demasiado.
3. Cada año se descubren nuevos yacimientos.
Según un informe de IHS (una de las consultoras energéticas más importantes), en todo el año 2005 se descubrieron yacimientos con reservas de 4.5 GB. Recordemos que actualmente se consumen 30GB al año, hace 20 años fue la última vez que se descubrió más de lo que se consumió y hace 50 años se descubrían 30 GB y se consumían 4GB. La Figura 1 refleja perfectamente esta situación.
La tecnología es la que ha posibilitado el poder acceder a lugares a los que antes eran imposibles. La última gran oleada de descubrimientos fue a finales de los 70 cuando empezaron a explotarse yacimientos en aguas poco profundas. Destaca la zona del mar del Norte en la que Inglaterra y Noruega se repartieron la mayoría de los yacimientos, lo que les trajo súbitamente una gran riqueza. Ahora estamos asistiendo a descubrimientos mucho más pequeños de yacimientos en aguas muy profundas (más de 3km) y a grandes profundidades por debajo del suelo marino (más de 4km). Este tipo de descubrimientos se dan principalmente en el golfo de México, el golfo de Guinea y en aguas de Brasil. Las dificultades y el coste de bombear petróleo desde profundidades superiores a los 7km en aguas bravas y atestadas de huracanes como el golfo de México son tremendas. Hay que tener en cuenta que los yacimientos por razones geológicas no se pueden encontrar lejos de la costa, por tanto se están acabando las zonas donde buscar petróleo. Las últimas zonas que faltan por explorar exhaustivamente son los casquetes polares, que se convertirán en nuestro último botín, aunque no se estima que los hallazgos sean espectaculares.
El patrón es claro y lógico, primero se explotó el petróleo más accesible en tierra y en países industrializados, ahora se busca y explota en el mar por todo el mundo y en los polos. También es importante destacar que primero se recuperó el petróleo de más calidad. La calidad media del petróleo que se recupera ha descendido significativamente en las últimas décadas.
¿Qué son reservas probadas?
Hablemos ahora de lo que se supone que se ha descubierto hasta la fecha. Como mencionábamos al principio, las reservas probadas son de 1200 GB. Lo de probadas es terminología de la industria y tiene un significado muy diferente dependiendo de quién tenga las reservas. Si se trata de las reservas de empresas que cotizan en la bolsa de un país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, organización compuesta por los 30 países más desarrollados), entonces la contabilización de la reservas tiene una metodología muy concreta y, por lo general, conservadora que es regulada por la SEC en EEUU o la CNMV en el caso de España. Además, están sujetas a auditorias. Las reservas de una petrolera que cotiza en bolsa suponen su activo más importante y por tanto existe la tentación a exagerarlas dentro de lo legal y a veces fuera de lo legal. Dos casos recientes parecen confirmarlo. En 2002 la Shell tuvo que reducir sus reservas un 23% tras ocultar durante 5 años que uno de sus pozos más importantes, Yibal en Oman, estaba agotándose prematuramente. Y a principios de 2006 Repsol se vio obligado a reducir sus reservas en un 25% tras ser auditado.
Pero en realidad la mayoría de las reservas están en países que no pertenecen a la OCDE y que no son auditadas, en especial los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Estos 11 países tienen un sistema de cuotas (para determinar lo que exporta cada uno) que en parte depende de sus reservas, por tanto también tienen una tentación para exagerarlas. Sólo 6 países de la OPEP: Arabia Saudí, Iran, Iraq, Kuwait, EAU (Emiratos Árabes Unidos) y Venezuela tienen unas reservas de 796GB, o lo que es equivalente a las dos terceras partes de las reservas mundiales. Todas estas reservas, excepto las casi 80 de Venezuela, están en una zona diminuta del planeta alrededor del golfo Pérsico en la que se está extrayendo petróleo de forma masiva desde hace 60 años.
Estudiemos el caso de Arabia Saudita que tiene el 22% de reservas mundiales. Este país no es desconocido para las petroleras americanas, de hecho la empresa de Rockefeller, Standard Oil, fue la que descubrió sus 6 yacimientos importantes (el primero en 1940). La empresa negoció una concesión para la explotación de sus pozos hasta el año 1979. En los últimos 10 años sobreexplotó sus yacimientos, y en concreto en el último año llegó a superar los 10 millones de barriles diarios, cota que Arabia Saudita no ha vuelto a alcanzar. En 1978 los americanos estimaron las reservas restantes en 100GB. Al año siguiente los árabes tomaron el control de sus pozos y elevaron inmediatamente las reservas hasta los 166GB. Ahí se quedaron, hasta que en 1988 volvieron a elevar las reservas hasta los 260GB. Las reservas de Arabia Saudita en los últimos 17 años se han estabilizado y actualmente son de 264,2GB a pesar de haber producido 58GB en ese periodo. Además, en estos últimos 30 años Arabia Saudita no ha registrado ningún descubrimiento de importancia. Por tanto, la única explicación de los incrementos tiene que ser el aumento de la recuperación de petróleo en sus yacimientos. Pero los 80 fueron especialmente optimistas: Iraq entre 1981 y 1987 triplicó sus reservas, Kuwait en 1984 aumentó sus reservas un 38%, Venezuela casi las duplicó en 1985 y en 1986 EAU prácticamente las triplicó, mientras que Irán las aumentó un 57%, y como ya hemos dicho Arabia Saudita las aumentó un 50% en 1988. En conjunto estos 6 países aumentaron sus reservas un 85% en 7 años (y las mundiales aumentaron un 50%).
source: TelDeActualidad
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