El reciente acuerdo del alcalde de Londres, Ken Livingstone, con el gobierno de Hugo Chávez por el que Venezuela suministrará combustible con un descuento del 20 por ciento destinado a los autobuses de esta capital ha suscitado críticas en el país europeo, reseñó Efe.
Según la alcaldía, gracias a ese acuerdo, Londres se ahorrará anualmente 16 millones de libras (31,3 millones de dólares) de un presupuesto anual total de en torno a 100 millones de libras (196 millones de dólares) destinado a esa partida.
Ello permitirá a su vez que 250.000 londinenses de bajos ingresos viajen en autobús con tarifas reducidas a la mitad a partir del próximo mes de julio.
Menos claro está, sin embargo, según el semanario londinense "Time Out", lo que Caracas va a obtener a cambio de tanta generosidad de la compañía Petróleos de Venezuela.
El Ayuntamiento ha ofrecido a Venezuela asesoramiento técnico en materia de transporte, medio ambiente, turismo y planificación urbana.
Sin embargo, aludiendo a los continuos problemas, el líder del partido "One London Party", Damian Hockney, afirma, según la revista, que "no aceptaría ni gratis consejo" del organismo que gestiona los transportes de la capital.
Otros críticos del laborista Livingstone se preguntan por qué la capital de uno de los países más ricos del mundo como es el Reino Unido tiene la osadía de pedirle dinero a un país en desarrollo "con un 38 por ciento de pobres" y cuyas ventas de petróleo suponen tres cuartas partes de sus ingresos por exportaciones.
"¿Por qué necesita Londres, una de las capitales más ricas del mundo, explotar a un país en desarrollo? Ese dinero estaría mejor empleado en los pobres de la propia Venezuela", afirma Richard Barnes, jefe adjunto del grupo conservador en el Ayuntamiento.
"Ken (Livingstone) ha firmado un acuerdo petrolero dudoso, cuyos detalles no se conocen debido al secretismo de que está rodeado. Londres no debería hacer negocios con dictadores suramericanos de tercera categoría con un historial espantoso en materia de derechos humanos y democracia", agrega Barnes, citado hoy por "Time Out".
Un diputado izquierdista, expulsado de la filas laboristas y fundador de un nuevo partido, Respect, George Galloway, sale hoy, sin embargo, en defensa del presidente venezolano y denuncia "los ataques orquestados" contra su persona en un comentario que publica el diario "The Guardian".
"El llamado "dictador" Chávez no es nada de eso. Ha ganado elección tras elección, convalidando así su rumbo radical. Pero (en Venezuela) se huele el miedo a un golpe de Estado, como en el 2002, cuando Chávez fue apartado y detenido durante tres días antes de que millones de personas marcharon sobre el palacio presidencial para reponerle (en la presidencia)", agrega Galloway.
Chávez "está en el centro de una nueva Latinoamérica que no quiere ser patio trasero de nadie", escribe el diputado británico, quien agrega que el presidente venezolano es también un "héroe" en el mundo árabe después de que retirase a su embajador en Israel en protesta por el bombardeo del Líbano por ese país, el pasado verano.
Según la alcaldía, gracias a ese acuerdo, Londres se ahorrará anualmente 16 millones de libras (31,3 millones de dólares) de un presupuesto anual total de en torno a 100 millones de libras (196 millones de dólares) destinado a esa partida.
Ello permitirá a su vez que 250.000 londinenses de bajos ingresos viajen en autobús con tarifas reducidas a la mitad a partir del próximo mes de julio.
Menos claro está, sin embargo, según el semanario londinense "Time Out", lo que Caracas va a obtener a cambio de tanta generosidad de la compañía Petróleos de Venezuela.
El Ayuntamiento ha ofrecido a Venezuela asesoramiento técnico en materia de transporte, medio ambiente, turismo y planificación urbana.
Sin embargo, aludiendo a los continuos problemas, el líder del partido "One London Party", Damian Hockney, afirma, según la revista, que "no aceptaría ni gratis consejo" del organismo que gestiona los transportes de la capital.
Otros críticos del laborista Livingstone se preguntan por qué la capital de uno de los países más ricos del mundo como es el Reino Unido tiene la osadía de pedirle dinero a un país en desarrollo "con un 38 por ciento de pobres" y cuyas ventas de petróleo suponen tres cuartas partes de sus ingresos por exportaciones.
"¿Por qué necesita Londres, una de las capitales más ricas del mundo, explotar a un país en desarrollo? Ese dinero estaría mejor empleado en los pobres de la propia Venezuela", afirma Richard Barnes, jefe adjunto del grupo conservador en el Ayuntamiento.
"Ken (Livingstone) ha firmado un acuerdo petrolero dudoso, cuyos detalles no se conocen debido al secretismo de que está rodeado. Londres no debería hacer negocios con dictadores suramericanos de tercera categoría con un historial espantoso en materia de derechos humanos y democracia", agrega Barnes, citado hoy por "Time Out".
Un diputado izquierdista, expulsado de la filas laboristas y fundador de un nuevo partido, Respect, George Galloway, sale hoy, sin embargo, en defensa del presidente venezolano y denuncia "los ataques orquestados" contra su persona en un comentario que publica el diario "The Guardian".
"El llamado "dictador" Chávez no es nada de eso. Ha ganado elección tras elección, convalidando así su rumbo radical. Pero (en Venezuela) se huele el miedo a un golpe de Estado, como en el 2002, cuando Chávez fue apartado y detenido durante tres días antes de que millones de personas marcharon sobre el palacio presidencial para reponerle (en la presidencia)", agrega Galloway.
Chávez "está en el centro de una nueva Latinoamérica que no quiere ser patio trasero de nadie", escribe el diputado británico, quien agrega que el presidente venezolano es también un "héroe" en el mundo árabe después de que retirase a su embajador en Israel en protesta por el bombardeo del Líbano por ese país, el pasado verano.
Source: El Universal
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