La Comisión Nacional de la Energía (CNE) previsiblemente tendrá que analizar en el ejercicio de la llamada Función 14 la escasa experiencia de la italiana Enel en la gestión de activos nucleares, como en su día hizo respecto a la oferta de E.ON, ya que Endesa es en estos momentos propietaria del 47% de la potencia nuclear española, según fuentes del sector consultadas por ABC.
Estas mismas fuentes aseguran que la importancia de Endesa en el sector eléctrico español y la generación nuclear en particular, tuvo su reflejo en la resolución de los recursos de alzada interpuestos contra la alemana E.ON por varios interesados y que concluyó que «cualquier operación sobre Endesa debe ser examinada teniendo en cuenta su extraordinaria posición en el sector, debiéndose observar determinadas cautelas que en el caso de otras empresas no serían necesarias». Esta importancia de Endesa tiene su reflejo en la citada resolución de la CNE y del recurso de alzada donde aparece para justificar la condición novena impuesta a E.ON, relativa a la disposición de determinados activos nucleares, como un remedio para atemperar lo que se califica como «una amenaza real a la seguridad pública derivada de un conjunto de factores», como «la importancia de la energía nuclear en el mercado energético español, las singularidades tecnológicas de las centrales nucleares, la existencia de gestión compartida de activos nucleares, la relación de la gestión de activos nucleares con la seguridad y defensa nacionales y las diferencias entre el sistema regulador alemán y español». Con ello se analizó la capacidad de E.ON de gestionar estos activos de Endesa, aunque la alemana tiene una capacidad nuclear instalada de 8.000 MW.
Referéndum
Pero en el caso de Enel, aseguran estas fuentes, la situación es muy distinta, ya que la italiana tiene una muy limitada experiencia nuclear al existir en ese país una moratoria en materia de energía nuclear desde finales de los 80. En 1987 se produjo en Italia una especie de «referéndum nuclear» en el que se sometieron a consulta hasta tres preguntas, una de las cuales era: «¿Desea que sea derogada la norma que permite a Enel participar en acuerdos internacionales para la construcción y la gestión de centrales núcleares en el exterior de Italia?». El 73% de los encuestados decidieron que Enel, entonces totalmente pública, cesara en su actividad nuclear. Aunque ninguna de las tres preguntas prohibía expresamente la actividad nuclear, la cuestión es que cesó la generación de ese tipo de energía y desde 1988 no hay producción nuclear en Italia, lo que no ha cambiado desde entonces. ni siquiera cuando la privatización parcial de Enel en 1994.
No obstante, Enel compró en 2006 el 60% de la sociedad pública eslovaca Slovenke Electrarne, que es propietaria de dos centrales nucleares con cuatro reactores y otros dos en construcción, con una potencia de 2.398 MW. Esta compra fue muy contestada políticamente en Italia, al considerar algunos que la eléctrica se saltaba el referéndum núclear de 1987, así como por el hecho de que se trata de centrales obsoletas, de tecnología rusa de agua a presión.
La propia Enel, en la información bursátil que facilita, asegura en su apartado de factores de riesgo sobre estas inversiones que «existen riesgos potenciales relacionados con el decomisionamiento de estas centrales», y reconoce expresamente como un riesgo de su actividad que «no ha sido propietaria de ninguna central nuclear desde noviembre de 2000 y no ha producido electricidad de fuentes nuclear desde 1998».
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