En plena fiebre de fusiones las empresas energéticas han empezado a echar cuentas de lo que puede reportarles el futuro negocio eléctrico, tras dar a conocer Industria las reformas de regulación que pondrá en marcha antes de final de año. Mientras sigue la disputa por Endesa -ahora limitada a E.ON y a un eventual núcleo de accionistas liderado por Acciona-, e Iberdrola se fortalece con adquisiciones exteriores, dejando al margen la eventual fusión con Unión Fenosa, la ebullición de los mercados bursátiles tropieza con una realidad cada vez más evidente: la evolución de los negocios eléctricos en un marco regulado.
Vigentes siguen preguntas como las formuladas por Javier Gómez Navarro, presidente del consejo superior de Cámaras de Comercio. ¿De dónde saldrán las ganancias de un sector que reclama multimillonarias compensaciones por un persistente déficit tarifario? ¿Por qué se está produciendo tan fuerte puja por participar en un negocio a simple vista ruinoso? El Gobierno parece ahora desentenderse de su inicial empeño por apoyar la creación de grandes campeones nacionales. En el Ministerio de Industria han dejado atrás esa apuesta, que pudo ser liderada en su día por Gas Natural, y el secretario general de la Energía dio a conocer la pasada semana los mimbres de una reforma que ha puesto en pie de guerra a las empresas volcadas en la energía eólica, sin acabar de tranquilizar al resto.
Las empresas contemplan de forma positiva que la supresión de la tarifa -es decir, la plena liberalización- se adelante. Bruselas ha considerado inaceptable el horizonte del año 2011 que planteó inicialmente el Gobierno. Consciente de que se han ido dando pasos atrás en los últimos tiempos, Industria se ha propuesto ahora que al final de la legislatura un 50% del negocio eléctrico esté en el mercado libre, cuando en septiembre de 2005 esa cuota era del 45% y ha retrocedido al 25% el pasado septiembre. En generación, la orden ministerial reguladora de las subastas ya está sometida al análisis de la CNE. Y las subastas virtuales se abrirán camino en el próximo ejercicio.
Incentivos
Un radical cambio de orientación se está produciendo en el tratamiento de las energías renovables. El Gobierno ha hecho una apuesta en firme por las inversiones en estas tecnologías -las primas se han calculado con una tasa de retorno de la inversión del 7%-, de manera que el coste anual de las primas se va a elevar en unos 600 millones anuales, desde 1.200 a 1.900 millones de euros. Pero el aumento se va a volcar en la energía solar fotovoltáica, en la termoeléctrica y en la biomasa. También se plantean incentivos a la cogeneración, ahora paralizada.
En otro orden de cosas, la distribución verá mejoradas, al fin, sus retribuciones. Sin este cambio, comprometido desde hace casi un lustro, las compañías se habían declarado en rebeldía. No era posible garantizar la calidad del suministro. Las compañías eléctricas no han echado en saco roto estos mensajes. Aunque persisten las incógnitas sobre el futuro del mapa eléctrico, algunos interrogantes empiezan a despejarse. Endesa, líder del sector, se la van a disputar la alemana E.ON y la constructora Acciona. E.ON explicó la pasada semana que su apuesta por Endesa sigue, si cabe, cada vez más firme. Sus directivos insistieron en que la combinación de la alemana y la española «mejorará la posición del líder español».Vigentes siguen preguntas como las formuladas por Javier Gómez Navarro, presidente del consejo superior de Cámaras de Comercio. ¿De dónde saldrán las ganancias de un sector que reclama multimillonarias compensaciones por un persistente déficit tarifario? ¿Por qué se está produciendo tan fuerte puja por participar en un negocio a simple vista ruinoso? El Gobierno parece ahora desentenderse de su inicial empeño por apoyar la creación de grandes campeones nacionales. En el Ministerio de Industria han dejado atrás esa apuesta, que pudo ser liderada en su día por Gas Natural, y el secretario general de la Energía dio a conocer la pasada semana los mimbres de una reforma que ha puesto en pie de guerra a las empresas volcadas en la energía eólica, sin acabar de tranquilizar al resto.
Las empresas contemplan de forma positiva que la supresión de la tarifa -es decir, la plena liberalización- se adelante. Bruselas ha considerado inaceptable el horizonte del año 2011 que planteó inicialmente el Gobierno. Consciente de que se han ido dando pasos atrás en los últimos tiempos, Industria se ha propuesto ahora que al final de la legislatura un 50% del negocio eléctrico esté en el mercado libre, cuando en septiembre de 2005 esa cuota era del 45% y ha retrocedido al 25% el pasado septiembre. En generación, la orden ministerial reguladora de las subastas ya está sometida al análisis de la CNE. Y las subastas virtuales se abrirán camino en el próximo ejercicio.
Incentivos
Un radical cambio de orientación se está produciendo en el tratamiento de las energías renovables. El Gobierno ha hecho una apuesta en firme por las inversiones en estas tecnologías -las primas se han calculado con una tasa de retorno de la inversión del 7%-, de manera que el coste anual de las primas se va a elevar en unos 600 millones anuales, desde 1.200 a 1.900 millones de euros. Pero el aumento se va a volcar en la energía solar fotovoltáica, en la termoeléctrica y en la biomasa. También se plantean incentivos a la cogeneración, ahora paralizada.
Ideal
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