El informe fue leído en la 62 sesión de la Comisión Económica para Europa de la ONU (UNECE) en Ginebra.
“El lugar y la significación de la política económica de la Federación de Rusia en el contexto global de la seguridad energética de la región de la UNECE”, aseguró el Ministro ruso.
“El lugar y la significación de la política económica de la Federación de Rusia en el contexto global de la seguridad energética de la región de la UNECE”, aseguró el Ministro ruso.
Durante los 60 años que lleva funcionando la UNECE, la cooperación en materia energética siempre ha ocupado uno de los centrales lugares. La actividad de la Comisión y su Comité para la Estabilidad Energética siempre ha estado dirigida a aunar los esfuerzos de todos los países miembros de la UNECE con el fin de garantizar un sostenido y seguro abastecimiento de energía a sus países. Rusia ha participado del más enérgico modo en esta actividad y va a seguir haciéndolo en lo venidero.
urante los años transcurridos, el Comité para la Estabilidad Energética y las estructuras que lo integran se han convertido en escenario de intercambio de opiniones respecto a los más diversos problemas energéticos, tales como la eficacia energética, el suministro de gas, combustible fósil, carbón, metano de minas y energía eléctrica. La seguridad energética es, en nuestra opinión, el tema clave de la contemporaneidad. Precisamente por ello, nuestro país planteó este problema en el marco de la presidencia de Rusia en el G8 el año pasado.
A pesar de que a veces se subvalora el aumento numérico de los foros en que se debate la problemática energética según el principio geográfico o ramal, nosotros creemos que el surgimiento de nuevos foros siempre es un fenómeno positivo, pues permite estructurar la temática recogida en la Declaración y el Plan de Acciones del G8 y buscar soluciones concretas, considerando los rasgos específicos de cada segmento de la energía global.
Pero es de comprender que este diálogo multilateral plantea determinados requisitos a sus participantes. El diálogo supone no sólo saber hablar (y menos aún dictar) sino escuchar y oír lo que se dice, lo que es aún más importante. Además, lo de etiquetar a alguien como desleal constituye un intento de quitarles a los Estados soberanos sus derechos soberanos y desorientar a la opinión pública. Me refiero, en particular, al derecho a dialogar y solucionar de mancomún problemas ramas o regionales.
Por ello no puede menos que extrañar la iniciativa promovida por el comité para asuntos jurídicos del Senado de EEUU, que “aprobó por unanimidad el proyecto de ley que prohíbe a los Estados extranjeros crear carteles de petróleo y gas tipo OPEP”.
En la sociedad democrática contemporánea cualquiera tiene el derecho a expresar su opinión y a hacer sugerencias. Pero una eficaz administración del Estado consiste en rechazar las ideas: a) ineficaces, b) que contradicen el Derecho Internacional y la legislación nacional y c) irrealizables en la práctica. En mi opinión, la idea arriba expuesta no podrá pasar el segundo y el tercer filtros de los enumerados.
En el marco de la presidencia en el G8 del año pasado, Rusia expuso su posición respecto al desarrollo de la energía global y la visión de su lugar en este proceso. Fueron elaborados los principios básicos de la garantía de la seguridad energética global: coordinación de las políticas energéticas nacionales, diversificación tanto de los suministros y los mercados como de las fuentes de energía; aumento de la transparencia, la eficacia y el carácter accesible de los mercados energéticos.
Al acatar los principios recogidos en los documentos que se aprobaron en la reunión en la cumbre del G8, empezamos a homologar nuestra Estrategia Energética a los documentos básicos concertados a largo plazo por otros jugadores del mercado mundial. Sostenemos un intenso diálogo energético con la UE. En octubre del año pasado celebramos una conferencia con el fin de cotejar entre sí la estratégica energética de Rusia y el Libro Verde de Energía de la UE. Este año vamos a hacerlo también con EEUU y los países de la Organización de Cooperación Económica en la Cuenca del Mar Negro.
Muchos países, en primer lugar los más grandes consumidores, han presentado ya sus estrategias energéticas actualizadas (EEUU, Unión Europea, el Japón, China, Italia y otros).
¿No se tratará de un proceso puramente declarativo, de seguir una moda política? Estoy convencido que no. Los principales consumidores de recursos energéticos, al introducir serias enmiendas en su política energética, hacen también las respectivas correcciones financieras y jurídicas.
Actualmente, Rusia está concretando su estrategia energética. Sin modificar los postulados básicos, la estamos definiendo por el período hasta el año 2030, considerando las nuevas circunstancias y los retos del mundo contemporáneo. Es un proceso absolutamente transparente, estamos dispuestos a considerar en nuestra labor los resultados de las consultas que estamos realizando con nuestros socios, incluidos los de la UNECE.
Los principios básicos de desarrollo del sector energético ruso son los siguientes:
En noviembre del año pasado, el Gobierno de la Federación de Rusia, tras de realizar consultas, llegó a la opinión de que hacía falta orientarse a obtener iguales ingresos tanto de las ventas de gas dentro del país como de su exportación. Ello significa que los precios internos deben acercarse a aquellos que pagan por gas los consumidores europeos, descontando los gastos de transporte y los impuestos aduaneros. Prevemos lograrlo en el sector de consumidores industriales ya en 2011. Estamos experimentando exitosamente con ventas de gas en bolsas.
Paralelamente con realizar la reforma del mercado de gas, estamos reformando el sector de energía eléctrica. Tenemos previsto liberalizar por completo este mercado hacia el año 2011.
Al cambiar las prioridades en la formación del balance energético del país, dedicamos siempre mayor atención a generar energía eléctrica en plantas de carbón y centrales nucleares y a aprovechar mejor las fuentes renovables de energía, en particular, las centrales hidroeléctricas. Habrá que invertir hasta 450 000 millones de dólares para estos fines hasta el año 2020. Los inversionistas no se hacen esperar. Las más grandes compañías energéticas de Europa ya participan en este proceso. Puedo señalar a propósito que en el primer trimestre del año en curso el volumen global de las inversiones creció el 21% en Rusia.
Rusia les propuso a los países limítrofes realizar los suministros y el tránsito de gas según los principios vigentes en el mercado europeo.
En una reunión con directivos del Ministerio de Industria y Energía de Rusia, el señor Belka dijo: puesto que de la UNECE forman parte también EEUU y Canadá, dicha Comisión es más bien la del Hemisferio Norte que la de Europa. Por mi parte quiero hacer recordar que la integran asimismo países de Asia Central y Transcaucasia, por ende se trata también de una organización eurasiática.
La UNECE es una Europa “grande”, cuyos límites se determinan por sus vínculos económicos y comerciales y sistemas de infraestructura. El creciente grado de la integración se observa precisamente en el sector energético. Por ello cuando hablamos del desarrollo de la infraestructura energética rusa, se trata de facto de desarrollar una infraestructura que une entre sí a los países de la UNECE.
Se puede notar un sustancial progreso en la realización por Rusia de varios proyectos de infraestructura orientados a diversificar las corrientes de hidrocarburos de exportación. Son proyectos que en uno u otro grado interesan a todos los países miembros de la Comisión. Voy a mencionar sólo los fundamentales.
El año pasado realizamos un importante proyecto de aumento de suministros de petróleo a Europa Occidental, ampliando la capacidad del Sistema de Tuberías del Báltico (STB) hasta 74 millones de toneladas al año. Actualmente, estamos estudiando la posibilidad de realizar el proyecto STB 2, de 75 millones de toneladas.
En la parte Sur empieza a realizarse el proyecto Burgas – Alexandroupolis, que permitirá resolver el problema de insuficiente capacidad de tráfico de los estrechos del mar Negro.
En el Este se construye el oleoducto troncal Siberia Oriental – el Pacífico, de unos 4,5 mil kilómetros. En menos de un año allí se colocaron tubos en más de 700 kilómetros. Tras la realización de este proyecto, la infraestructura energética de Eurasia se extenderá desde el Oeste hasta el Este.
Desarrollamos enérgicamente la infraestructura con el fin de aumentar los suministros de gas a Turquía y a la parte Sur de Europa. Ya se ha alcanzado la potencia proyectada en el gasoducto “Corriente Azul”, de 16 mil millones de metros cúbicos.
Los gasoductos Yamal – Europa y “Corriente del Norte” también contribuirán a aumentar los suministros de gas ruso al mercado europeo y a diversificar las rutas de exportaciones. Dichos proyectos permitirán satisfacer la demanda de gas en los mercados de Europa Central tradicionales para Rusia, así como garantizar el acceso al gas ruso para Escandinavia y Gran Bretaña.
La introducción de nuevas tecnologías por su efecto puede igualarse con la explotación de nuevos yacimientos y la construcción de nuevos bloques energéticos. La eficacia es uno de los problemas clave del desarrollo energético sostenido para la UNECE.
Para Rusia el problema de la eficacia del sector energético, que supone disponer de tecnologías, materiales e instalaciones que permiten ahorrar energía, reviste la misma importancia que para los Estados europeos. Pues nuestro país, además de ser uno de los más grandes productores y transitistas de agentes energéticos, es al propio tiempo uno de sus más grandes y, lamentablemente, manirrotos consumidores.
La economía rusa tiene un sustancial potencial de crecimiento en este sentido. Rusia puede ahorrar de 360 a 400 millones de toneladas de combustible convencional, o un 30-40% de su consumo energético anual. Actualmente estamos tomando medidas que hacia el año 2015 nos permitirán ahorrar los primeros 100 millones de toneladas de combustible convencional al año.
Al mejorar la eficacia energética de las economías nacionales, estamos aumentando la margen de seguridad del sistema energético global, haciéndolo más estable. Todo nuestro proceder indica que Rusia no concibe solucionar el problema de la seguridad energética fuera del contexto global y regional, quiero subrayarlo.
urante los años transcurridos, el Comité para la Estabilidad Energética y las estructuras que lo integran se han convertido en escenario de intercambio de opiniones respecto a los más diversos problemas energéticos, tales como la eficacia energética, el suministro de gas, combustible fósil, carbón, metano de minas y energía eléctrica. La seguridad energética es, en nuestra opinión, el tema clave de la contemporaneidad. Precisamente por ello, nuestro país planteó este problema en el marco de la presidencia de Rusia en el G8 el año pasado.
A pesar de que a veces se subvalora el aumento numérico de los foros en que se debate la problemática energética según el principio geográfico o ramal, nosotros creemos que el surgimiento de nuevos foros siempre es un fenómeno positivo, pues permite estructurar la temática recogida en la Declaración y el Plan de Acciones del G8 y buscar soluciones concretas, considerando los rasgos específicos de cada segmento de la energía global.
Pero es de comprender que este diálogo multilateral plantea determinados requisitos a sus participantes. El diálogo supone no sólo saber hablar (y menos aún dictar) sino escuchar y oír lo que se dice, lo que es aún más importante. Además, lo de etiquetar a alguien como desleal constituye un intento de quitarles a los Estados soberanos sus derechos soberanos y desorientar a la opinión pública. Me refiero, en particular, al derecho a dialogar y solucionar de mancomún problemas ramas o regionales.
Por ello no puede menos que extrañar la iniciativa promovida por el comité para asuntos jurídicos del Senado de EEUU, que “aprobó por unanimidad el proyecto de ley que prohíbe a los Estados extranjeros crear carteles de petróleo y gas tipo OPEP”.
En la sociedad democrática contemporánea cualquiera tiene el derecho a expresar su opinión y a hacer sugerencias. Pero una eficaz administración del Estado consiste en rechazar las ideas: a) ineficaces, b) que contradicen el Derecho Internacional y la legislación nacional y c) irrealizables en la práctica. En mi opinión, la idea arriba expuesta no podrá pasar el segundo y el tercer filtros de los enumerados.
En el marco de la presidencia en el G8 del año pasado, Rusia expuso su posición respecto al desarrollo de la energía global y la visión de su lugar en este proceso. Fueron elaborados los principios básicos de la garantía de la seguridad energética global: coordinación de las políticas energéticas nacionales, diversificación tanto de los suministros y los mercados como de las fuentes de energía; aumento de la transparencia, la eficacia y el carácter accesible de los mercados energéticos.
Al acatar los principios recogidos en los documentos que se aprobaron en la reunión en la cumbre del G8, empezamos a homologar nuestra Estrategia Energética a los documentos básicos concertados a largo plazo por otros jugadores del mercado mundial. Sostenemos un intenso diálogo energético con la UE. En octubre del año pasado celebramos una conferencia con el fin de cotejar entre sí la estratégica energética de Rusia y el Libro Verde de Energía de la UE. Este año vamos a hacerlo también con EEUU y los países de la Organización de Cooperación Económica en la Cuenca del Mar Negro.
Muchos países, en primer lugar los más grandes consumidores, han presentado ya sus estrategias energéticas actualizadas (EEUU, Unión Europea, el Japón, China, Italia y otros).
¿No se tratará de un proceso puramente declarativo, de seguir una moda política? Estoy convencido que no. Los principales consumidores de recursos energéticos, al introducir serias enmiendas en su política energética, hacen también las respectivas correcciones financieras y jurídicas.
Actualmente, Rusia está concretando su estrategia energética. Sin modificar los postulados básicos, la estamos definiendo por el período hasta el año 2030, considerando las nuevas circunstancias y los retos del mundo contemporáneo. Es un proceso absolutamente transparente, estamos dispuestos a considerar en nuestra labor los resultados de las consultas que estamos realizando con nuestros socios, incluidos los de la UNECE.
Los principios básicos de desarrollo del sector energético ruso son los siguientes:
- garantizar el cumplimiento de las demandas del mercado energético interno y los compromisos internacionales asumidos;
- liberalizar el mercado energético interno;
- aumentar los atractivos del sector energético ruso para los inversionistas y su transparencia;
- desarrollar la infraestructura de transporte con el fin de potenciar el desarrollo de nuevas provincias ricas en petróleo y gas y diversificar las direcciones de los suministros;
- establecer reglas transparentes y a largo plazo de cooperación con los consumidores y los transitistas de recursos energéticos rusos;
- mejorar la eficacia de la economía en el aspecto energético y desarrollar fuentes renovables de energía.
Quiero decir unas cuantas palabras de cómo dichos principios se realizan en la práctica.
En noviembre del año pasado, el Gobierno de la Federación de Rusia, tras de realizar consultas, llegó a la opinión de que hacía falta orientarse a obtener iguales ingresos tanto de las ventas de gas dentro del país como de su exportación. Ello significa que los precios internos deben acercarse a aquellos que pagan por gas los consumidores europeos, descontando los gastos de transporte y los impuestos aduaneros. Prevemos lograrlo en el sector de consumidores industriales ya en 2011. Estamos experimentando exitosamente con ventas de gas en bolsas.
Paralelamente con realizar la reforma del mercado de gas, estamos reformando el sector de energía eléctrica. Tenemos previsto liberalizar por completo este mercado hacia el año 2011.
Al cambiar las prioridades en la formación del balance energético del país, dedicamos siempre mayor atención a generar energía eléctrica en plantas de carbón y centrales nucleares y a aprovechar mejor las fuentes renovables de energía, en particular, las centrales hidroeléctricas. Habrá que invertir hasta 450 000 millones de dólares para estos fines hasta el año 2020. Los inversionistas no se hacen esperar. Las más grandes compañías energéticas de Europa ya participan en este proceso. Puedo señalar a propósito que en el primer trimestre del año en curso el volumen global de las inversiones creció el 21% en Rusia.
Rusia les propuso a los países limítrofes realizar los suministros y el tránsito de gas según los principios vigentes en el mercado europeo.
En una reunión con directivos del Ministerio de Industria y Energía de Rusia, el señor Belka dijo: puesto que de la UNECE forman parte también EEUU y Canadá, dicha Comisión es más bien la del Hemisferio Norte que la de Europa. Por mi parte quiero hacer recordar que la integran asimismo países de Asia Central y Transcaucasia, por ende se trata también de una organización eurasiática.
La UNECE es una Europa “grande”, cuyos límites se determinan por sus vínculos económicos y comerciales y sistemas de infraestructura. El creciente grado de la integración se observa precisamente en el sector energético. Por ello cuando hablamos del desarrollo de la infraestructura energética rusa, se trata de facto de desarrollar una infraestructura que une entre sí a los países de la UNECE.
Se puede notar un sustancial progreso en la realización por Rusia de varios proyectos de infraestructura orientados a diversificar las corrientes de hidrocarburos de exportación. Son proyectos que en uno u otro grado interesan a todos los países miembros de la Comisión. Voy a mencionar sólo los fundamentales.
El año pasado realizamos un importante proyecto de aumento de suministros de petróleo a Europa Occidental, ampliando la capacidad del Sistema de Tuberías del Báltico (STB) hasta 74 millones de toneladas al año. Actualmente, estamos estudiando la posibilidad de realizar el proyecto STB 2, de 75 millones de toneladas.
En la parte Sur empieza a realizarse el proyecto Burgas – Alexandroupolis, que permitirá resolver el problema de insuficiente capacidad de tráfico de los estrechos del mar Negro.
En el Este se construye el oleoducto troncal Siberia Oriental – el Pacífico, de unos 4,5 mil kilómetros. En menos de un año allí se colocaron tubos en más de 700 kilómetros. Tras la realización de este proyecto, la infraestructura energética de Eurasia se extenderá desde el Oeste hasta el Este.
Desarrollamos enérgicamente la infraestructura con el fin de aumentar los suministros de gas a Turquía y a la parte Sur de Europa. Ya se ha alcanzado la potencia proyectada en el gasoducto “Corriente Azul”, de 16 mil millones de metros cúbicos.
Los gasoductos Yamal – Europa y “Corriente del Norte” también contribuirán a aumentar los suministros de gas ruso al mercado europeo y a diversificar las rutas de exportaciones. Dichos proyectos permitirán satisfacer la demanda de gas en los mercados de Europa Central tradicionales para Rusia, así como garantizar el acceso al gas ruso para Escandinavia y Gran Bretaña.
La introducción de nuevas tecnologías por su efecto puede igualarse con la explotación de nuevos yacimientos y la construcción de nuevos bloques energéticos. La eficacia es uno de los problemas clave del desarrollo energético sostenido para la UNECE.
Para Rusia el problema de la eficacia del sector energético, que supone disponer de tecnologías, materiales e instalaciones que permiten ahorrar energía, reviste la misma importancia que para los Estados europeos. Pues nuestro país, además de ser uno de los más grandes productores y transitistas de agentes energéticos, es al propio tiempo uno de sus más grandes y, lamentablemente, manirrotos consumidores.
La economía rusa tiene un sustancial potencial de crecimiento en este sentido. Rusia puede ahorrar de 360 a 400 millones de toneladas de combustible convencional, o un 30-40% de su consumo energético anual. Actualmente estamos tomando medidas que hacia el año 2015 nos permitirán ahorrar los primeros 100 millones de toneladas de combustible convencional al año.
Al mejorar la eficacia energética de las economías nacionales, estamos aumentando la margen de seguridad del sistema energético global, haciéndolo más estable. Todo nuestro proceder indica que Rusia no concibe solucionar el problema de la seguridad energética fuera del contexto global y regional, quiero subrayarlo.