Lo que más sorprendió a la nueva gerencia de Petróleos Mexicanos fue el deterioro de su situación financiera, en ese sentido, uno de los escenarios que se tienen a la vista es que los proyectos de inversión financiada (Pidiregas) sean sustituidos por bonos de deuda en el mercado internacional y de esa manera obtener alguna ventaja financiera, dijo Jesús Reyes Heroles, director de la paraestatal.
“Hoy se habla de la posibilidad de, eventualmente, refinanciar Pidiregas con otro tipo de financiamientos, que no es una mala idea”, expresó, “es la posibilidad, quizá, de un financiamiento más barato. Yo sí creo que es más barato vía colocación en los mercados internacionales que por la vía de los Pidiregas”.
En entrevista exclusiva con MILENIO, el funcionario comentó que hubo un uso excesivo de la deuda para pagar los proyectos productivos, lo cual es un mecanismo agotado.
“Los Pidiregas fueron un instrumento, un esquema de financiamiento que sirvió en su oportunidad para financiar proyectos de Petróleos Mexicanos”, dijo.
Reyes Heroles sabe que mientras Pemex tenga capacidad de pago lo que requiere es una mayor transparencia y credibilidad en su operación, que no se obtiene mientras la deuda sea de Pidiregas, en los mercados internacionales.
“Es una opinión bastante generalizada, es una opinión que se oye en el gobierno federal y que se escucha también en el Congreso y en la opinión pública. (…) Entonces, Pemex ha llegado a un límite en donde nosotros claramente preferíamos no seguir incurriendo en Pidiregas, en el grado en el que se ha venido incurriendo. Me parece que ha sido una dependencia excesiva de los Pidiregas”, explicó.
El director de Pemex dice que no es un tema que puedan decidir desde Pemex, el camino para hacerlo requiere primero el apoyo y la decisión de la Secretaría de Hacienda y luego del Congreso de la Unión.“Son ellos los que al final del día van a tener que tomar la decisión”, expresó.
Cambio al régimen fiscal
El funcionario explicó que con el agotamiento del esquema de Pidiregas es necesario hacer cambios de fondo en la manera como fiscalmente se ve a Pemex, tomando en cuenta que en este año ya hubo un remanente importante que fortalece su patrimonio.
En 2006 ayudaron a Pemex una buena producción de crudo y gas, los precios y el esquema fiscal. Ahora, el tema es mantenerlo y acrecentarlo porque este año no tendremos algunos de éstos, como los precios, que serán menores
“¿Qué hacer en la parte financiera? Antes que nada cambiar el régimen fiscal de Pemex con dos propósitos: para que le queden suficientes recursos para poder invertir adecuadamente y cubrir bien sus gastos de operación; y en segundo lugar propondría un cambio en términos de la naturaleza misma, de la modalidad de los pagos”, dijo.
En ese sentido, se buscará distinguir claramente el pago que hace Pemex al gobierno por la explotación de hidrocarburos, de lo que son los resultados de operación lo que sería el Impuesto Sobre la Renta.
Esas dos cosas hay que separarlas, no están todavía suficientemente distinguidas y es muy difícil comunicarle a la población que buena parte de la contribución fiscal que hace Pemex es por las regalías, derivadas de la explotación de este recurso natural.
“Y lo pongo en extremo. Antes de la expropiación había regalías, pero esas regalías las pagaban las compañías petroleras extranjeras, pero eran regalías. Entonces, yo creo que hay que distinguir esa parte de lo que es un impuesto sobre los resultados de operación de Pemex”, dijo.
El nuevo régimen fiscal lo tiene más claro y separado, pero durante muchos años estuvieron todos en una sola caja, los pagos se fijaban básicamente como un porcentaje sobre ventas totales.
“Se requiere que camine y avance una reforma tributaria, que ha planteado todo mundo, general, que permita recaudar más de otros conceptos (…) que haya menos evasión y elusión y de esa manera recaudar recursos”, dijo.
Sin despidos
El director de Pemex se reunió ya con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y les reconoce dos cosas: que son competentes, con la camiseta bien puesta, y que entienden que es una época de cambios y quieren ser parte de ese proceso.
“Hay una serie de cambios que hay que tener en Pemex: organizacionales, operativos, etcétera, para poder alcanzar mayores niveles de productividad; y esto implica incorporación de nuevas tecnologías y de nuevas modalidades de producción, que involucra cambios en las tareas que hacen los trabajadores”, señaló.
Reconoce que se necesita tener acuerdos en temas como la movilidad de la capacidad de trabajo, es decir, poder llevar a los trabajadores de una región del país a otra, la capacitación, el equipamiento y la incorporación de nuevas tecnologías.
“Yo creo que hay que escuchar más las propuestas de los trabajadores respecto a cómo podemos hacer las cosas mejor. O sea, el trabajador de Pemex, en términos generales, es un trabajador francamente muy comprometido con la empresa”, señaló.
Además, el sindicato petrolero está muy consolidado, fuerte, con liderazgo y consciente de la problemática, saben que se necesitan llevar a cabo cambios importantes y que ellos están dispuestos a ser parte del cambio.
–¿Están ustedes pensando en un plan de retiro forzoso, en un plan de despidos, jubilaciones adelantadas?
–No estamos pensando en nada de eso. Pero seguimos explorando posibilidades para flexibilizar algunas de las reglas que tenemos en las relaciones laborales actuales para que Pemex pueda crecer de manera significativa los próximos años.
De hecho, añade la creciente actividad en el mar o en los yacimientos de Chicontepec van a requerir personal capacitado y en algunas ocasiones contrataciones adicionales, incluso de gente de la zona para que los beneficios lleguen a todos lados.
“Pemex tiene necesidad de estar realizando contrataciones adicionales y además buscando personal de otras regiones”, declaró.
El estratega
Jesús Reyes Heroles fue secretario de Energía en el gobierno de Ernesto Zedillo, y desde ahí apoyó el cambio legal al artículo 27 constitucional que permite la inversión privada en lo que hoy se conoce como petroquímica secundaria.
Después fue embajador de México en EU con dos presidentes: William Clinton y George W. Bush de quienes dice que son, el primero, un monstruo político; y el segundo, de trato fácil y afectuoso a quien el 11-S le cambió todo.
De su nombramiento en Pemex dice que el único responsable de estar ahí es el Presidente quien, a su vez, es el único que tiene las verdaderas razones para haberlo invitado.
De regreso a la vida pública, dice que lo que va a extrañar son las tardes y los permisos para faltar que se daba cuando era miembro de la iniciativa privada y podía, si lo deseaba, ir al cine o simplemente salir temprano. “Aquí es más demandante”, señala.
“La verdad hay una serie de consideraciones sobre por qué el presidente Calderón pensó en mí para la posición en Pemex. Yo creo que hay que preguntarle a él”, dice entre risas.
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