Según un ejecutivo de una empresa europea, la administración Bush "está apuntando todos sus cañones hacia las compañías extranjeras para convencerlas de que será un error hacer negocios” con ese país. Sin embargo, la mayoría de las firmas asistirán a una reunión convocada por la Compañía Nacional de Petróleo de Irán para atraer inversiones.
El gobierno de George Bush está presionando a las compañías de gas y petróleo para que no inviertan en Irán.
Esta presión ocurre justo en momentos enlos que el gobierno iraní busca nuevas inversiones. El viernes y sábado se realizó en Viena una reunión entre la Compañía Nacional de Petróleo de Irán con grandes petroleras del mundo para atraer inversiones hacia la explotación de 12 nuevos yacimientos de gas y petróleo en tierra firme y de 5 en el Golfo Pérsico.
Según el matutino porteño Clarín, un ejecutivo que mantuvo reuniones con el gobierno de Bush dijo que “está apuntando todos sus cañones hacia las compañías extranjeras para convencerlas de que será un error hacer negocios con Irán”.
Sin embargo, entre los ejecutivos y las empresas europeas, algunos ven con buenos ojos los negocios en ese país, pero otros no tanto. Patricia Marie, vocera de Total, una petrolera francesa que invirtió 4.000 millones de dólares en Irán entre 1995 y 2002 y envió un representante a la reunión en Viena, dijo que “Irán es una región petrolera sumamente interesante para todos”.
Y con relación a la advertencia norteamericana dijo que “las escuchamos. Pero respetamos la ley de Francia, las leyes europeas. No estamos obligados a respetar la legislación estadounidense”. Lo dice porque las empresas del norte tienen prohibidos los negocios en Irán. E incluso tienen vedado el transporte de petróleo iraní hacia Europa.
En 1996, el Congreso aprobó una ley de sanciones contra Irán y Libia, que habilitaba al gobierno a aplicar sanciones a firmas extranjeras que entablasen negociaciones con Irán.
Los que no ven potable invertir en Irán lo hacen solamente por las condiciones poco ventajosas del país y no por las presiones norteamericanas.
El gobierno de George Bush está presionando a las compañías de gas y petróleo para que no inviertan en Irán.
Esta presión ocurre justo en momentos enlos que el gobierno iraní busca nuevas inversiones. El viernes y sábado se realizó en Viena una reunión entre la Compañía Nacional de Petróleo de Irán con grandes petroleras del mundo para atraer inversiones hacia la explotación de 12 nuevos yacimientos de gas y petróleo en tierra firme y de 5 en el Golfo Pérsico.
Según el matutino porteño Clarín, un ejecutivo que mantuvo reuniones con el gobierno de Bush dijo que “está apuntando todos sus cañones hacia las compañías extranjeras para convencerlas de que será un error hacer negocios con Irán”.
Sin embargo, entre los ejecutivos y las empresas europeas, algunos ven con buenos ojos los negocios en ese país, pero otros no tanto. Patricia Marie, vocera de Total, una petrolera francesa que invirtió 4.000 millones de dólares en Irán entre 1995 y 2002 y envió un representante a la reunión en Viena, dijo que “Irán es una región petrolera sumamente interesante para todos”.
Y con relación a la advertencia norteamericana dijo que “las escuchamos. Pero respetamos la ley de Francia, las leyes europeas. No estamos obligados a respetar la legislación estadounidense”. Lo dice porque las empresas del norte tienen prohibidos los negocios en Irán. E incluso tienen vedado el transporte de petróleo iraní hacia Europa.
En 1996, el Congreso aprobó una ley de sanciones contra Irán y Libia, que habilitaba al gobierno a aplicar sanciones a firmas extranjeras que entablasen negociaciones con Irán.
Los que no ven potable invertir en Irán lo hacen solamente por las condiciones poco ventajosas del país y no por las presiones norteamericanas.
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