En la UE no hay consenso sobre la energía nuclear, admite Andris Piebalgs


Andris Piebalgs, letón de 49 años, casado y con 3 hijos, físico de profesión y comisario de Energía, vive en el ojo del huracán estos últimos meses, aunque las manifestaciones de nacionalismo económico que los procesos transfronterizos de concentración en el sector de su competencia hayan sido principalmente gestionados por sus compañeros McCreevy y Kroes en el Colegio de comisarios. Tras la cumbre de Lahti, principalmente consagrada a la problemática de la energía, el comisario considera que la ejecutoria de la Comisión es la correcta para afrontar la situación.

-La cumbre de Lahti ha mostrado que Europa, en su conjunto, tiene un margen de maniobra limitado en cuestiones de política energética. ¿Qué lecciones cabe extraer de las posiciones expresadas por los líderes europeos?

-No sólo en Lahti, sino en los Consejos Europeos de marzo y de junio pasados, lo que yo percibo es que la Unión Europea tiene definidas cuatro prioridades: la diversificación en las fuentes de suministro, la problemática del cambio climático, la lucha contra la pobreza energética y asimilación de los países del entorno comunitario por motivos de garantía de aprovisionamiento y otras razones de política exterior. De lo que se trata ahora es de ver qué instrumentos ponemos en práctica para lograrlo. Y ahí, yo creo que con el marco institucional existente, basta. No veo que tenga que crearse una especie de 'Mister Energía' para la UE, como ya existe, más o menos, para el euro, o para la Política Exterior y de Seguridad Común, con Solana. Si mantenemos unos objetivos comunes, el conjunto de la Unión podrá beneficiarse de la interlocución privilegiada que socios comunitarios como Alemania tienen con Rusia, o España con Argelia. Creo que la Unión Europea será capaz de mantener sus equilibrios si definimos y luchamos por unos objetivos comunes, sin actuaciones unilaterales a espaldas de los demás, que pueden resultar muy provechosas para el interés nacional en el corto plazo, pero contraproducentes para esas prioridades comunes.

-Rusia reclama acceso al suministro de los mercados europeos, con su participación en algunos grandes distribuidores de gas. ¿Qué opinión le merecen esas pretensiones?

-Es un tema que tiene que ser abordado desde la reciprocidad. Si Rusia quiere entrar en nuestros mercados, tiene que abrir los suyos, y crear condiciones estándar para las inversiones extranjeras en el país. Moscú tiene que aprobar legislación particularmente relevante a estos efectos en el corto plazo, como la que concierne a las inversiones en sectores estratégicos. Que lo haga y ya veremos si las condiciones establecidas son homologables a las nuestras. Lo que no se puede consentir es que Moscú termine estableciendo un monopolio en la oferta energética. Ningún país puede soportar una dependencia semejante.

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Energía nuclear
-La Comisión europea mantiene una posición neutra en la polémica sobre el sí o el no a la energía nuclear. ¿Cuál es su opinión al respecto?

-En tanto que comisario de la Unión Europea yo tengo que asumir la realidad de los socios comunitarios. Constato, en ese sentido, que no hay consenso en la Unión sobre el uso de la energía nuclear. Finlandia y Francia son los dos únicos países que están construyendo nuevos reactores nucleares pero otros socios comunitarios ni se lo plantean. Por eso creo que en la UE deberíamos concentrar nuestros esfuerzos en aquellas materias de la problemática energética en las que hay consenso. Es el caso, por ejemplo, de la eficiencia energética, en torno a la cual hay consenso y en la que tenemos un largo camino por recorrer. De ahí el Plan de Acción para la Eficiencia Energética que la Comisión acaba de presentar, como contribución a la cumbre de Lahti.

-Europa está experimentando dificultades para cumplir con el Protocolo de Kioto y ya se anuncian nuevas exigencias para el post 2012, cuando venzan los objetivos que parte de la comunidad internacional se ha marcado para combatir el cambio climático. ¿Habrá que apelar entonces a la nuclear?

-El post 2012 es una cuestión crítica, pero conviene abordarla con una visión amplia. Hacia 2020 habrá centrales de carbón que cumplirán el requisito de 'cero emisiones'. Una primera planta con recuperación completa del carbono con tecnología norteamericana va a entrar en funcionamiento en Tallín. Las renovables pueden contribuir más al mix energético. Y todavía podemos hacer mucho para mejorar el rendimiento del mercado interior de la energía.

-Un mercado interior lastrado por diferencias sustanciales en los diferentes mercados nacionales, y con cuellos de botella en interconexiones de primera importancia...

-El mercado interior es un logro real, a pesar de sus imperfecciones que luchamos por corregir. En cuanto a las interconexiones, es verdad que los reguladores nacionales no han logrado resolver el problema, y que nos encontramos ante un estado de cosas muy deficiente. Está el caso de España y Francia, pero podría citarle el de Polonia y Lituania. La Comisión cree que podría corregirse la situación. Para ello, la figura de un regulador paneuropeo concentrado en las interconexiones, que propongo, sería fundamental. El regulador europeo podría adoptar la forma de una agencia o, simplemente, de una cooperación especial entre la Comisión y los reguladores nacionales.

-Existen reticencias a la constitución de un mercado interior de la energía. ¿Es el momento de lanzar una cooperación reforzada entre los países que lo deseen, al amparo de lo previsto en el Tratado de Niza?

-La verdad es que para una cooperación reforzada en la energía ni siquiera hace falta apelar al Tratado. Bastaría con que los operadores trabajaran en red, con un nivel alto de cooperación y con una visión común de la dimensión exterior de la energía.

-¿Cómo va el debate sobre el Libro Verde?

-Encontramos un apoyo muy firme a los objetivos formulados por la Comisión en materia de sostenibilidad, compatibilidad y seguridad en el suministro. Y creo que, en síntesis, lo que la gente quiere es 'más Europa'. Más competitividad.

-¿Competitividad tras la muestras de nacionalismo económico de los últimos meses? ¿Qué le parece el caso E.on-Endesa?

-Pues me parece que, en último extremo, Europa está basada en el imperio de la ley. La Comisión ha marcado sus posiciones en este tema, y lo ha hecho en el legítimo ejercicio de sus competencias. Puede suceder que el asunto termine en el Tribunal de Justicia, y que los accionistas vean retrasarse en el tiempo la solución que esperan. Pero, al fin y a la postre, quien está ganando poder en el proceso es la gente.

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